MILLION DOLLAR BABY

El boxeo es una mera excusa en esta película, quizás hace más creíbles los personajes,
pero no es simplemente la típica historia de un boxeador.
Es brutal, pero de buena que no de dura
que también lo es en dosis suficientes
("ser dura no es suficiente") ,
pero Eastwood la narra de forma que no nos parece tanto. Empero en la historia no usa cámara subjetiva (con el recurso de la voz en off nos ofrece ya desde el inicio un efecto similar) y el centrar el film en los personajes (faceta que domina perfectamente como el gran actor que es) acaba de hacer íntima una historia que no lo tendría porque ser.

Evita todos los peligros de los muchos en los que podría haber caído:
el mayor de ellos ser un film sensiblero.

Es una forma de hacer cine que a mí particularmente me gusta mucho.
Adoro ese cine en que la sensibilidad no avergüenza (ésta es una de esas raras películas
en las que nadie se preocupa de que le vean llorar los demás en el cine).


El tocar el mundo del boxeo es un acierto porque le permite presentar una persona muy vital de espíritu pero asimismo físicamente (sí, porque Maggie si en algo es vital es en espíritu).

Million Dollar te abre la posibilidad de imaginar, de abrir tus líneas argumentales. Una de las múltiples, por ejemplo, imaginar que ha pasado entre Frank (Eastwood) y su hija. Él le escribe todas las semanas pero ella le devuelve las cartas sin abrir. Ha de ser algo muy grave para que tampoco la vaya a ver. Pero, ¿cómo va a ir si ni siquiera le abre las cartas? y ella no tiene reparo en hacérselo saber devolviéndoselas...

El film no está hecho a base de alardes (Eastwood no nos está diciendo todo el rato: "mira de lo que soy capaz"). Y en eso la historia cuenta mucho, pero parte de un simple cuento corto sobre el que se elabora un guión (seguramente Clint no es ajeno aunque no firmase) además él pone los acentos en lo que quiere.

Esta historia en manos de Hackford estaría repleta de moralina incluso reflejada por escrito al final. En manos de Mike Leigh sería un dramón (aunque de correctísima factura). En manos de Payne sería algo más "novedoso" y "fresco", y en manos de un Scorsese (sin caer en los altibajos de El aviador) sería la excenlentísima Toro Salvaje .

... y no me equivocaba porque vista 2 veces lo que el cuerpo me pide es un tercer visionado y un cuarto y un quinto...

A Frankie, cuando le haga ganar a su pupila su millón de dolares, le gustaría por fin retirarse a un sitio como la cafetería en donde hacen las mejores tartas de limón del país...

a un lugar a medio camino
entre ninguna parte y el olvido

Esa frase en el contexto del guión simboliza la nada y el todo.

Maggie llega, con su conciencia de ser "chusma", a la ciudad desde el suroeste de Missouri "un lugar ..."

Todos los personajes principales son rudos porque la vida es injusta con ellos pero no dejan de luchar. Son vitales de espíritu pero también en su cuerpo.
Hasta el viejo Scrap es capaz de knockear al jovencito petulante —que descarga su ignorancia y estupidez supinas en un desheredado en el reparto de inteligencias— en su victoria 110. Y ambos tienen un afecto especial por esa chica que es todo corazón.

Aunque Frank llegué a afirmar "Mostrarme a alguien que sólo tenga corazón
y estaréis viendo a un perdedor"

Aunque él lo es, en un plano ideológico si se quiere.
Frank escribe todas las semanas sin fallar ninguna desde hace un puñado de años porque tiene la esperanza de que su hija le conteste algún día.


A ella, a Maggie, le vemos pagar con un monton de monedas, comer las sobras del restaurante en donde trabaja, ir a correr muy temprano por la playa (suena el despertador a las 3.30 h) y para acabar la jornada en lugar de irse a derrumbar muerta en su catre, pasa montones de horas en el gimnasio... incluso cuando está cerrado.

 

 

 

 

 

 

A pesar de sus casi 33 años, es ya vieja para casi todo.

Su pulcra trenza es el único símbolo de que se concede algo a ella misma.
Connota obstinacion. No lleva el pelo corto como sería de esperar en una boxeadora.

«...Será a mi forma además... y SERÁ» (parece querer decirnos)
porque no puede permitirse otra cosa.

Y no por el millon de dólares prometido. No, por eso no es, ya que vive en su apartamento de siempre sin siquiera un televisor en el cual visionar el vídeo de su rival

sino porque es una chica aquilatada, vale un millón de dólares en manos de alguien que sepa pulir el diamante en bruto que es

 

No es extraño que Maggie adore a Frank. Antes de conocerlo
ya lo idolatra pero cuando conecta con el ser humano que hay en él lo adora.

—Frankie, sólo te tengo a ti
—Bueno, me tienes a MÍ

Él le brinda la oportunidad por la que ha estado luchando toda su vida
y lo hace casi sin esperar nada a cambio
(si acaso espera que ella también le falle). Ella le brinda la de redimirse.

tengo y quiero agradecer a mi amiga Paz el haberme posibilitado pergeñar el comentario
de Million Dolar Baby que brotó de mí por su infinita paciencia a la hora de escucharme. Gracias.

e incluso a pesar de TODO, el film NO resulta pedante ni moralista ni siquiera subliminal PORQUE ÉSTA NO es simplemente la historia de una chica que persigue un sueño
Frankie tiene que acabar escapando por haber amado tantísimo, huir de los demás pero también de sí mismo como ha estado haciendo siempre.
No hay un amor convencional, es amor vital, entre dos personas que se necesitan. Él encuentra "en gaélico" (porque en inglés no era viable)
un calificativo para ese sentimiento.

Vehícula todo lo que lleva dentro en una persona que lo MERECE y que le RESPONDE como nadie lo ha hecho
(tal vez exceptuando a Scrap —Morgan Freeman—, un ex-boxeador que se ocupa del gimnasio de Frankie).
"Mo Cuishle"
Y no se trataba de una película tramposa estaba seguro. De las que en el primer visionado te conmueven profundamente y el segundo te lo pasas buscando un momento en que justificar tu conmoción anterior. Y es porque está hecha desde el corazón como dijo Morgan Freeman, la sinceridad como demostró Hillary Swank y desde la sapiencia cinemática propia del Eastwood de las últimas décadas. Vuelta a visionar me volverá a provocar las mismas reacciones ya que no sólo es el final lo que las provoca. Es todo en ella lo que te suscita una comezón.       
Ahí sí, ahí demuestra que es una obra redonda (no me atrevo a calificarla de maestra ya que he dicho no necesita calificativos).
Y es que ya con Sin perdón y ahora con Million Dollar Baby ha revitalizado dos géneros en total declive. Están más allá del ser clásicos y es que tampoco importa el clasificarlas. Eso es el sello Eastwood como el sello Allen. Ya el año anterior nos había regalado Mystic River.
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