«AIDA»

ÓPERA EN CUATRO ACTOS

«La acción tiene lugar en Menfis y en Tebas en tiempo del poder de los faraones
del Imperio Nuevo de la dinastía XIX o XX»

Rol de voces y caracterización de personajes


Sinopsis:

ACTO PRIMERO
Escena Primera

Sala en el Palacio Real de Menfis
Radamés consulta a Ramfis

Aida, la hija del rey de Etiopía, está presa como esclava, junto con otros prisioneros que los egipcios capturaron en su última campaña. Radamés, capitán de la guardia, la ama, amor al que ella corresponde.

AIDA
* figurines diseñados por Lorenzo Collado

El Gran Sacerdote Ramfis informa a Radamés, que, según oráculo de la diosa Isis, es el predestinado para conducir las tropas egipcias a la victoria. El capitán se vanagloria de este hecho pues cree que eso le ayudará a conseguir loores para ofrecer su amada Aida. "Celeste Aida" recoge estos sueños. Amneris, la hija del faraón, que deseaa desenfrenadamente a Radamés, al enterarse de que éste va a partir para el frente, urde a su regreso convertirse en su esposa.

El Faraón nombra a Radamés general en jefe de sus ejércitos y la princesa le entrega el estandarte que ha de portar en la inminente batalla.
Aida se despide de él con el corazón dividido, pues su padre, Amonastro, es el caudillo de las tropas rivales y se estremece delante de su negro presagio: "Retorna vencedor"


AIDA
Ritorna vincitor!
E dal mio labbro uscì
l'empia parola!
Vincitor del padre mio,
di lui che impugna l'armi
per me,
per ridonarmi una patria,
una reggia e il nome illustre
che qui celar m'è forza!
Vincitor de' miei fratelli...
ond'io lo vegga,
tinto del sangue amato,
trionfar nel plauso
Dell'egize coorti!
E dietro il carro, un re,
mio padre, di catene avvinto!
L'insana parola,
o numi, sperdete!
Al seno d'un padre
la figlia rendete;
struggete le squadre
dei nostri oppressor!
Ah, sventurata!
che dissi?
E l'amor mio?
Dunque scordar poss'io
questo fervido amore che,
oppressa e schiava,
come raggio di sol
qui mi beava?
Imprecherò la morte a Radamès,
a lui ch'amo pur tanto!
Ah! non fu in terra mai
da più crudeli angosce
un core affranto!
I sacri nomi
di padre, d'amante
nè profferir poss'io, ne ricordar.
Per l'un, per l'altro,
confusa, tremante,
io piangere vorrei, vorrei pregar.
Ma la mia prece
in bestemmia si muta,
delitto è il pianto a me,
colpa il sospir.
In notte cupa
la mente è perduta,
e nell'ansia crudel
vorrei morir.
Numi,
pietà del mio soffrir!
Speme non v'ha pel mio dolor.
Amor fatal, tremendo amor
spezzami il cor,
fammi morir! ecc.
AIDA
¡Vuelve vencedor!
¡Y mis labios pronuncian
esa palabra impía!
Vencedor de mi padre,
de él que empuña las armas
por mí,
para devolverme una patria,
un reino y el ilustre nombre
que aquí me es forzoso ocultar.
¡Vencedor de mis hermanos...
Quizás lo vea,
teñido de sangre amada,
triunfar entre el aplauso
de las cohortes egipcias!
¡Y tras su carro, un rey,
mi padre, cargado de cadenas!
¡Oh, dioses, olvidad
esas palabras insensatas!
Devolved a la hija
al seno de su padre;
¡destruid los escuadrones
de nuestros opresores!
¡Ah! ¡Desgraciada!
¿Qué estoy diciendo?
¿Y mi amor?
¿Acaso puedo olvidar
este amor ferviente que aquí,
aunque esclava y oprimida,
como un rayo de sol
me ha hecho feliz?
¡Desearé la muerte a Radamés,
a él, al que tanto amo!
¡Ah!, nunca en la tierra
se vio un corazón desgarrado
por angustias más crueles.
Los sagrados nombres
de padre, de amante,
no puedo pronunciar ni recordar.
Por eso me hallo,
confusa y temblorosa,
quisiera rogar por uno y por otro.
Pero mi plegaria
se transforma en blasfemia.
El llanto es delito para mí,
y culpa el suspiro.
Mi mente está perdida
en la noche oscura,
y en esta angustia cruel
quisiera morir.
¡Dioses,
apiadaos de mi sufrimiento!
Mi dolor no tiene esperanzas.
Amor fatal, tremendo amor,
despedázame el corazón,
hazme morir!, etc.

Escena Segunda

Ramfis y los sacerdotes están ante el altar; la gran sacerdotisa y las sacerdotisas permanecen fuera de escena

Un coro de sacerdotes y sacerdotisas ofician ante el altar. Radamés es ungido por el gran sacerdote Ramfis antes de partir para la guerra: "Oh dios todopoderoso, ¡Guárdalo y protégelo!"

ACTO SEGUNDO
Escena Primera

Interior de la Cámara de Amneris en el palacio del faraón
Amneris está rodeada de esclavas que la visten para la fiesta

Las doncellas visten a la princesa para recibir a Radamés, que regresa victorioso del campo de batalla con una cantidad ingente de prisioneros.
Aida penetra en la misma y Amneris despide a las sirvientas. Ganádose la confianza de Aida le hace confesar su amor por Radamés .
RADAMÉS
Ésta ve una oportunidad y mintiéndole le cuenta a Aida que su prometido resulto muerto en la guerra. Aida llora desconsolada. La celosa Amneris mitiga su pena confesándole que no era más que un engaño para saber la verdad porque ella también ama a Radamés, y amenaza a quien ose entrometerse en sus amores.

Escena Segunda

Una avenida en Tebas
Un trono cubierto por un dosel. El rey, seguido por la corte entera, entra y se sienta en el trono



Todo el pueblo, con Faraón al frente, da la bienvenida al ejército que retorna victorioso. Los egipcios van desfilando ante su rey, portando un colosal botín e incontables prisioneros.
Radamés es recibido con honores de vencedor.

Aidase precipita entre los brazos de un cautivo al descubrir en él a su padre. Amonastro, soberano de los etíopes, que se esconde bajo el disfraz de un simple oficial, suplica a su hija no se delate.le conserve el incógnito.
Radamés suplica clemencia para los vencidos. El rey accede: podrán vivir como esclavos.
Además el faraón anuncia la concesión de la mano de su hija, la princesa Amneris , al glorioso Radamés y le proclama heredero de la dinastía.

AMNERIS

ACTO TERCERO

Las orillas del Nilo

Fuera del templo de Isis; noche de luna llena

Amneris y sus acompañantes arriban al templo para implorar a la diosa interceda en el día de su boda.
La triste Aida se separa del cortejo. Vagando, siente nostálgias de su Etiopía natal que piensa no volverá a ver jamás. Es tan grande su pena que hace el voto de perecer ahogada en las aguas del Nilo si su amado Radamés se casa con Amneris.
AIDA
Radamès verrà!
Che vorrà dirmi?
Io tremo!
Ah! se tu vieni a recarmi,
o crudel, l'ultimo addio,
del Nilo i cupi vortici
mi daran tomba,
e pace forse,
e oblio.
O patria mia,
mai più ti rivedrò!
O cieli azzurri,
o dolci aure native,
dove sereno il mio mattin brillò.
O verdi colli,
o profumate rive,
o patria mia,
mai più ti rivedrò!
O fresche valli,
o queto asil beato
che un dì promesso
dall'amor mi fu!
Or che d'amore il sogno
è dileguato,
o patria mia,
non ti vedrò mai più! ecc.
O patria mia,
mai più ti rivedrò!
AIDA
¡Radamés vendrá aquí!
¿Qué querrá decirme?
Tiemblo.
¡Ah! si vienes, cruel,
a darme el ultimo adiós,
los profundos remolinos del Nilo
me darán sepultura,
y quizás me concedan
la paz y el olvido.
¡Oh patria mía,
nunca más volveré a verte!
Oh cielos azules,
oh suaves brisas nativas,
donde brilló serena mi juventud.
Verdes colinas,
orillas perfumadas,
¡oh patria mía,
nunca más volveré a verte!
¡Oh frescos valles,
oh bendito y apacible refugio
que un día me prometió
el amor!
Ahora que mi sueño de amor
se ha desvanecido,
¡oh patria mía, nunca más
volveré a verte!, etc.
Oh patria mía,
jamás volveré a verte!
En ese momento llega Amonastro y le informa de los ánimos de revuelta que anidan en su pueblo, para así recobrar su soberanía. Al saber que su hija tiene acceso a Radamés , le induce a sonsacarle datos sobre los planes militares de los egipcios. A su regreso a palacio, Aida duda en obedecer la orden de su padre, pero el temor a perderlo para siempre por su boda con Amneris le hace vencer los reparos y le sonsaca los planes a seguir en la próxima campaña.
Ante la estupefacción del general, aparece Amonastro quien le asegura que ningún mal le sucederá personalmente.
El caudillo egipcio se horroriza del engaño en que ha caído, mas convencido por Aida y su padre de que huya con ellos, se dispone a seguirlos cuando Amneris, al acecho le detiene acusándole de traidor. El rey etíope trata de asesinarla con su puñal, pero Radamés lo impide.
Amonastro y su hija huyen protegidos por las sombras ante la inminente llegada de la escolta de la princesa y Radamés rinde su espada al gran sacerdote Ramfis y se entrega.


ACTO CUARTO
Escena Primera

Un salón en el palacio real
Una trampilla conduce a la cámara subterránea de justicia



La hija de Faraón ordena a la guardia que conduzcan ante su presencia a Radamés [los sacerdotes, en la estancia contigua, están decidiendo su castigo]. Amneris le dice que si accede a casarse con ella, implorará por su vida a su padre. Radamés no accede pues ama a Aida . Los sacerdotes ya han decidido: será enterrado vivo.
La princesa aún intenta un último acto desesperado para salvarlo del horrible castigo e intenta delate el escondite de Aida, que logró escapar de sus perseguidores que sólo dieron muerte a Amonastro.
Radamés se reafirma en su negativa. La desesperada Amneris , al comprobar que son vanos todos sus intentos para salvarle la vida al hombre a quien ama, monta en cólera entonces contra los sacerdotes: el castigo de los cielos caerá sobre ellos por condenar a su amado.

Escena Segunda

Interior del templo de Phtà
La escena está dividida en dos planos:
arriba, el templo; debajo, la cripta. dos sacerdotes colocan la losa que sella su entrada

El general caído en descrédito es conducido hacia el interior de un foso, donde será abandonado. Amneris afligida llora desconsolada. Un coro de sacerdotisas y sacerdotes entonan sus fúnebres cánticos.
AMONASTRO
Radamés percibe un mortecino sonido en el interior del foso que le ha de servir de nicho, para descubrir en él a Aida , que no ha querido abandonarle.
Ambos perecen abrazados.Amneris reza arrodillada sobre la losa que los cubre.
Amneris aparece, vestida de luto,
y se arroja sobre la losa que sella
la cripta

 

AIDA, RADAMÉS
Oh tierra, adiós, etc.
AMNERIS

Imploro para ti la paz,
muerto adorado.
¡Que Isis aplacada te abra el cielo!
SACERDOTES
SACERDOTISAS

¡Nosotros te invocamos,
inmenso Pthà!
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